Muchos emprendedores arrancan fuerte en redes sociales y piensan que con eso alcanza. Instagram te da visibilidad, interacción rápida y una vidriera atractiva. Pero ojo: no reemplaza un sitio web propio.
Tu web es tu casa digital. Es el único espacio donde vos ponés las reglas, no un algoritmo que cambia de humor cada dos semanas. Ahí construís credibilidad, posicionamiento en Google y un activo real de tu negocio.
Mientras que en redes competís por segundos de atención y dependés de tendencias, en tu sitio podés mostrar tu propuesta con claridad, explicar tus servicios sin límites y convertir visitas en clientes de forma predecible.
¿Por qué un sitio web sigue siendo clave?
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Vos tenés el control total: diseño, contenido, estructura, datos y experiencia del usuario.
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Google te puede encontrar: el SEO funciona en tu web, no en tus stories.
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Transmitís profesionalismo: un dominio propio eleva al instante la percepción de marca.
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Centralizás toda tu info: servicios, precios, portfolio, contacto… todo ordenado y disponible 24/7.
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No dependés del algoritmo: tu web no baja el alcance porque cambió una política.
Instagram, y las redes sociales en general, son un excelente canal de comunicación, sí. Pero tu sitio es el centro de operaciones de tu negocio digital. Las redes atraen. La web convierte.
